Ciudades amigables CON las personas mayores

San Sebastián con las personas mayores“Ciudades amigables con las personas mayores. Quizá ya hayas oído sobre esto. No se trata (tan solo) de lugares accesibles a sillas de ruedas o personas con bastón, o llenos de bancos donde poder sentarse a disfrutar del espacio urbano. El concepto “amigable” en este caso va más allá de la “usabilidad”, y la preposición “con” de la versión española (en inglés solo “age-friendly”) denota quién interviene en los procesos que derivan en la creación de ese tipo de ciudad.

No son palabras huecas. Intentaremos en estas breves líneas clarificar el significado de esta ambiciosa iniciativa a nivel mundial:

Segunda Asamblea Mundial sobre envejecimiento de la OMS, Madrid 2002Se trata de un proyecto de la Organización Mundial de la Salud en 2002. Fue impulsado por el envejecimiento progresivo de la población, pero también por el rápido crecimiento de los entornos urbanos (80% de la población mundial vivirá en las ciudades en pocas décadas).

El proyecto piloto se inició en 33 ciudades del mundo y entonces se redactó la Guía de ciudades amigables con las personas mayores: se definen como tales aquellas ciudades que “facilitan el envejecimiento activo de las personas mayores promoviendo su participación y elección de estilo de vida, protegiendo a las personas vulnerables y promoviendo su inclusión en la sociedad de la que forman parte”.

El argumento que está en la base dice en resumen que viviendo de tal forma, las capacidades de las personas pueden situarse por encima del umbral de la dependencia durante mucho más tiempo, esto es, prolongamos la vida sin dependencia.

Mantenimiento de la capacidad funcional a lo largo de la vida
Fuente: Kalache, A. & Kickbusch, I. (1997): A global strategy for healthy ageing World Health, Nº 4: 4–5.

En España es el IMSERSO el principal encargado de promover y difundir este proyecto tras el convenio que firmó con la OMS en 2012.

¿Cómo se realiza esta labor? Mediante la participación directa de los propios interesados, teniendo en cuenta sus necesidades, percepciones y opiniones a lo largo de todo el proceso.

La participación requiere métodos. La sistematización y el establecimiento de protocolos es asunto clave para que esa participación sea efectiva. Si todos hablamos al tiempo no nos escuchamos. Si después de hablar nadie toma nota, no ha servido para nada… La clave para un buen proceso participativo está en la elección del método. En nuestra asociación lo sabemos bien, por ello proponemos un método para que el proceso de creación de comunidades autogestionadas sea realmente participativo y esté en manos de los interesados en llevarlo a cabo.

Pero volviendo al caso de las ciudades amigables, esa metodología se basa en la investigación-acción, con la participación de las personas mayores. Los ayuntamientos que se adhieren a la Red se comprometen a realizar una investigación previa para obtener un diagnóstico y con él elaborar un plan de acción. Éste es evaluado por esas personas mayores y proponen mejoras. El llamado Protocolo de Vancouver es el método elegido por la OMS, y aborda temas como espacios al aire libre y edificios, transporte, participación social y ciudadana, empleo, respeto e inclusión social, comunicación e información, servicios comunitarios y de salud. Trabaja con grupos focales que representen a todos (personas mayores, proveedores locales, asociaciones, empresarios, etc., pero también personas mayores de 85 años, dependientes, etc.)

En España la primera ciudad incluida en la Red fue San Sebastián (desde noviembre de 2011). Como se trata de un buen ejemplo, dejamos AQUÍ el informe elaborado por el   Ayuntamiento de San Sebastián, y ÉSTE, más completo, redactado por la Fundación Matía.

En las pasadas Jornadas de puertas abiertas del CEAPAT Maite Pozo y María José Sánchez, del grupo de trabajo de IMSERSO, explicaron el proyecto de Ciudades Amigables así de bien (desde el minuto 5 al 37):

Hacer ciudad CON las personas mayores no es habitual. Es más, ni siquiera los procesos de creación de ciudad suelen contar con la participación real de las personas… Las ciudades que realmente quieran ser “amigables con las personas mayores” han de implementar procesos participativos nada habituales y dejar una buena dosis de responsabilidad al ciudadano. Los ayuntamientos, lejos de imponer, han de recibir de sus propios habitantes, en procesos más lentos de lo que al político le suele gustar. Antes que diseñar el resultado de la ciudad, se han de diseñar los procesos de participación. Se trata de un cambio de mentalidad a varias escalas. Nos costará esfuerzo pero creemos que merece la pena.