Como cada 1 de octubre desde hace 34 años se celebra el Día Internacional de las Personas Mayores, una fecha marcada por su carácter reivindicativo, que este año Naciones Unidas vincula con la necesidad de que los Gobiernos de todo el mundo refuercen sus políticas de cuidados.
Jubilares se suma a la celebración y la reivindicación en este Día Internacional de las Personas Mayores de 2024 y refuerza su compromiso para seguir defendiendo y visibilizando los derechos de las personas a medida que envejecen y, en particular, su participación activa e inclusión en la sociedad y en su comunidad de referencia, también cuando se presenten situaciones de dependencia.
Seguimos apostando por el modelo de cohousing sénior o viviendas colaborativas para toda la vida, el desarrollo a nivel local de proyectos ligados a la Red de Ciudades y Comunidades Amigables de la Organización Mundial de la Salud o que, desde enfoques análogos, tengan como objetivo fundamental la participación social de las personas mayores, la erradicación de la discriminación por razones de edad (edadismo), la sensibilización y formación para lograr una sociedad más justa e inclusiva y sistemas de cuidados no institucionalizantes y basados en el modelo de Atención Integral y Centrada en la Persona.
En línea con estos fines sociales, Jubilares ha estado embarcada en los últimos tres años en el proyecto Comunidades de cuidados, que finaliza este año. En el marco de este proyecto, tanto las cooperativas de cohousing como los pueblos participantes han logrado experiencias muy valiosas para mejorar los sistemas de cuidados reforzando el papel de la comunidad y promoviendo la cogestión de esos sistemas. Esperamos que esas experiencias, que se presentarán públicamente el próximo 17 de octubre, sirvan para inspirar nuevas comunidades de cuidados rurales y de cohousing y también nuevas políticas y servicios públicos más abiertos a la colaboración ciudadana.
Naciones Unidas pone el foco en los cuidados de las personas mayores
La necesidad de celebrar un Día Internacional específico para las personas mayores es en sí misma sintomática de hasta qué punto a nuestra sociedad le cuesta asimilar el cambio demográfico, de roles, estilo de vida, deseos y expectativas que el conjunto de la población venimos experimentando en las últimas décadas y que tienen un reflejo directo en cómo nos planteamos la vida como “personas mayores”. ¿Es correcta siquiera esta etiqueta? ¿O conveniente?
Lo cierto es que con motivo de este Día, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha lanzado un llamamiento para “reforzar los sistemas de cuidados y apoyo que respetan la dignidad de las personas de edad y las que prestan cuidados” de forma que se adecuen a la realidad demográfica que representa la longevidad.
La decisión de Naciones Unidas de dedicar este 1 de octubre específicamente a los cuidados de las personas mayores, lejos de estigmatizar a las personas mayores con la idea de que ser mayor es sinónimo de enfermedad y dependencia, como si envejecer se redujera a eso, viene a recordarnos que la necesidad de apoyos y sí, también la dependencia, afecta a un porcentaje significativo de la población y, cuantos más años vivimos, más posibilidades hay de necesitar algún tipo de ayuda para poder seguir con nuestra vida. La realidad es que necesitamos ayuda de otras personas toda la vida y esa necesidad se incrementa con los años.
Pero además de un toque de atención para que cada cual reflexionemos sobre nuestra propia situación y cómo queremos vivir y envejecer, el tema elegido por Naciones Unidas en 2024 señala directamente las profundas deficiencias de las estructuras sociales y, en particular, de los servicios públicos de salud y protección social.
Y es en este cambio que va de lo personal a lo colectivo en el que Jubilares quiere seguir implicada junto con nuestra base social y con la red de entidades con las que colaboramos, con personas y organizaciones plenamente conscientes de los desafíos que implica una sociedad longeva y que contribuyen a afrontarlos desde distintos enfoques, con proyectos que inciden en la necesidad de crear comunidades resilientes en las que poder vivir y envejecer activamente, participando en las decisiones, ofreciendo un entorno propicio para llevar adelante vidas con sentido, también si se presentan situaciones de dependencia.